1.6.07

"La vida no narra"

La controversia de si la novela "fácil", "ligera" o "de entretenimiento" es literatura no es nueva. Que se lo pregunten a Dumas.

Acabo de terminar "El buen soldado" de Ford Madox Ford, el considerado puente de la novela inglesa entre los James, Wells, Conrad y los Joyce, Pound, Woolf.

En la dedicatoria a su mujer el autor hace un repaso autocrítico de la gestación de la novela, y justifica su juego formal, muy avanzado en 1915, como una necesidad para narrar la vida, ya que "la vida no narra".

Esta frase tan breve como exacta justifica la ficción, el arte. Pero más aún, justifica que el mensaje es el medio, que el arte es la forma, que mucho más importante que el qué es el cómo, que el estilo lo es todo. Para desentrañar lo que la realidad esconde no basta con observar la vida y contar lo que vemos, porque la vida no se cuenta a sí misma, lo que vemos no pasa de ser una superficie acorazada de sobreentendidos y lugares comunes que no revelan nada, más bien todo lo contrario. Hay que reconstruir la realidad, desmontarla y volverla a montar de otra forma, para empezar a ver algo.

Por eso esta novela es una obra de arte, por ejemplo, y el Código Da Vinci, por ejemplo, es un mero entretenimiento (eso sí, preferible a la TV, en el entretenimiento también hay clases).

Ford Madox Ford, que fue también un (mal) escritor "ligero", quiso con esta novela escribir su gran obra maestra y para ello recurrió a la ironía de utilizar una historia de folletín (al parecer real) y retorcerla formalmente hasta convertirla en una joya literaria: principalmente por el tratamiento del punto de vista del narrador, del que nunca llegaremos a saber del todo cuánto nos está engañando a nosotros y cuánto a sí mismo. De paso hace una ácida revisión de la alta sociedad inglesa y americana, y un tanto turbia y desesperanzada de las relaciones amorosas.

Y lo consiguió, escribir una obra maestra. Él creía que iba a ser la última (pensaba que a un buen escritor le basta con un buen libro) pero luego escribió mucho más, entre otras la gran trilogía "Parade's End", y un montón de mala literatura. También fue un buen editor de revistas literarias de vanguardia, con las que hizo una gran labor de apoyo y difusión de autores como Joyce o Pound.

La vida no narra pero este libro está lleno de vida, casi un siglo después, toda la que le falta a tanto bestseller y, lo que es mucho peor, a tanta (bien escrita) literatura vacía que hoy en día colma nuestras tribunas, premios y academias.

1 Comments:

Blogger Cripto said...

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12:22 p. m.  

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