26.2.07

Marcianos

2005
Mi padre, un hombre viejo, cansado y enfermo, me llama por el móvil a la oficina para contarme que está cruzando la Plaza de Oriente de camino a una comida con unos amigos, y que el sol de invierno es hoy una delicia, como tan a menudo sucede en Madrid, y me pregunta que si he leído lo de que probablemente los marcianos somos nosotros, eso de que está cada vez más fundada la teoría sobre que los primeros vestigios de vida original en La Tierra vinieron de Marte .

Le respondo que algo he leído, y me dice que qué pena que le quede tan poco tiempo ya, que el mundo está al borde de descubrimientos y avances maravillosos que él se va a perder. Le tengo que cortar por imperativos del trabajo y me pide disculpas, y se despide con un ya hablaremos y un beso.

Pero no he podido trabajar durante un buen rato; me preguntaba si será cosa de mi parte marciana este absurdo de estar aquí en vez de con mi padre charlando de todo y de nada bajo la caricia del sol de invierno de Madrid.

4 Comments:

Blogger vinilica vegana said...

siempre hay un lugar mejor a donde ir

y siempre uno prefiere no hacerlo

saludos.uy

10:04 p. m.  
Blogger Rafa said...

Hola vinilica, encantado.

Es difícil discernir si uno prefiere no hacerlo o realmente no puede, por ejemplo para no perder su trabajo (con lo que cuesta conseguirlo).

Es sencillamente que a veces uno se da cuenta de que la vida está pasando en otro lado. Pero bueno, esa nostalgia me da fuerzas para aprovechar mucho más la vida que sí puedo alcanzar.

Pero es que mi padre me faltará, como a casi todos, y ya le voy echando de menos.

Gracias por el comentario. Besos.

8:53 a. m.  
Blogger Unknown said...

La belleza de lo simple y de lo cotidiano.

6:03 p. m.  
Blogger Unknown said...

O cuando lo cotidiano se convierte en excepción.

6:04 p. m.  

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